Raquel   agosto 31, 2018   1.014 views

Poncho Herrera: In fraganti

Poncho Herrera (Ciudad de México, 1983) es uno de esos actores que ha aprendido a no llevarse el trabajo a casa. Entre 2004 y 2009 se dio a conocer a nivel internacional en la telenovela ‘Rebelde’, pero hoy eso forma parte de la historia. Tras estrenar el capítulo final de ‘Sense8’ (Netflix), ahora le podemos ver en la tercera temporada de ‘Queen of the South’ (USA Network) y, próximamente, en la nueva entrega de la serie histórica ‘Sitiados’ (Fox). Pero no todo en la vida de este actor mexicano es estar rodando. De hecho, el compromiso social es una de sus prioridades, por lo que no duda en criticar, entre otras cosas, las políticas de Trump cuando tiene un micro delante. Y esta ocasión no iba a ser una excepción.

Tus últimos trabajos ejemplifican muy bien el cuidado que tienes a la hora de seleccionar los proyectos de los que formas parte. ¿Qué debe tener un personaje y un proyecto para que decidas participar en él?
En primer lugar, tiene que gustarme tanto el personaje como la historia, tienen que transmitir un valor o un antivalor. En segundo, tiene que ser un proyecto que me saque de mi zona de confort. O sea, tiene que ser algo que me haga aprender, en la parte técnica, interpretativa y personal. Tiene que ser algo diferente, ya sea por el lugar donde se va a filmar o porque hay algo nuevo.

¿Y todos esos requisitos los cumple ‘Queen of the South’?
Sí, es una serie increíble porque muestra a las mujeres siendo fuertes y poderosas en un universo dominado por los hombres. El personaje de Teresa Mendoza y todas las mujeres que son parte de este grupo son antiheroínas que han sobrevivido gracias a la corrupción y los fallos en nuestro sistema, lo que es evidente en nuestra realidad actual. Estoy muy feliz de trabajar con actores tan talentosos como Alice Braga y Hemky Madera y contar esta historia con un gran equipo.

Parece que los actores latinos están obligados a interpretar siempre los mismos papeles en las producciones estadounidenses. ¿Tienes esa sensación?
Es así. Siempre está el cliché del narcotraficante o de la sirvienta que limpia en casas de Beverly Hills. Creo que somos mucho más que eso. Nuestra comida, nuestra música, nuestras tradiciones y nuestra cultura son sumamente ricas. Lo que se percibe en series y películas es un porcentaje muy pequeño de lo que realmente somos. Nuestra obligación es dar a conocer todo eso.

Con la grabación del final de la serie ‘Sense8’ dejas atrás un gran proyecto. ¿Cómo ha sido tener a Miguel Ángel Silvestre como pareja en la ficción?
Genial, hablamos mucho y tenemos muy buena relación. Cuando supimos que se iba a hacer este especial de dos horas, nos pusimos en contacto y hablamos acerca de cómo iban a ir nuestros personajes y la historia. Miguel Ángel me llamó porque quería que le ayudara con la pronunciación. Conoce a mi esposa y a mi hijo Daniel por fotos. Es alguien a quien tengo mucho cariño.

¿Qué te ha enseñado el oficio de actor?
He aprendido a decir que no, lo cual a veces es muy difícil porque sienta muy mal cuando te proponen papeles. En el momento puedes pensar que es un proyecto increíble y dices: “Va, lo hago”. Pero si lo valoras, te preguntas: “¿Este proyecto me va a llevar a donde quiero ir?”. Y entonces te das cuenta de que no es lo que estás buscando. Decir no te da la posibilidad de dirigir tu carrera. Esa fue una de las cosas que más me costó cuando empecé.

Tras interpretar a un cura especializado en exorcismos, ¿quién crees que necesita una buena dosis de agua bendita?
Donald Trump, sin duda —ríe—.

¿En algún momento has percibido un trato diferente en Estados Unidos por ser latino?
No, afortunadamente nunca he vivido una situación extraña, ni siquiera ahora con este presidente.

¿Te preocupa lo que ocurre en México?
Sí, por supuesto, hay muchas cosas por las que preocuparse. En México me preocupa desde la supuesta ayuda que el gobierno iba a facilitar a los damnificados por el terremoto del año pasado y que nunca llegó a las pasadas elecciones. Es increíble lo que los mexicanos nos hemos acostumbrado a vivir. Es como si estuviéramos permanentemente anestesiados y cegados ante todas las situaciones desagradables que vivimos día a día. Lo que sucedió con el temblor, por ejemplo, la respuesta tan solidaria que hubo, nos demostró que no necesitamos a los políticos para generar un cambio. Nosotros podemos ser el cambio.

Como artista, ¿cuál dirías que es tu compromiso?
Trato de ser coherente con lo que pienso y con lo que hago, es decir, con los personajes y las historias que elijo. Eso me interesa mucho, el poder dar un mensaje, ya sea de un valor o de un antivalor. Por ejemplo, hace un tiempo hice una obra de teatro con Ana de la Reguera que se llamó ‘Nadando con Tiburones’, basada en una película de Kevin Spacey a mediados de los noventa. Esta obra explica muy bien cómo funciona el mundo del espectáculo y todos los inconvenientes que tiene. Es increíble poder decir: “¿Sabes qué? Esto existe y no es tan maravilloso”. No es un final feliz y por eso se convierte en un gran mensaje.

Has sido embajador de la fundación de Yoko Ono, Non Violence, y de ONGs como Greenpeace. Dada tu visibilidad pública, ¿consideras que tienes algún tipo de responsabilidad social?
Sí, tengo un micrófono que me da la gran oportunidad de poder transmitir mensajes que pueden ser útiles más allá de publicaciones amarillistas y descontextualizadas que no valen la pena.

HQHQHQHQ

Tras los focos

Has comparado la experiencia de ser padre con subir a una montaña rusa. ¿Te resulta difícil compaginarlo con tu profesión?
Sí, es una montaña rusa, pero es la montaña rusa más maravillosa del mundo. Es algo que le da un sentido y una dirección mucho mayor a absolutamente todo lo que haces porque ya nada es solo para ti. Y creo que, si te lo propones, no tiene por qué ser complicado mezclar la paternidad con el trabajo como actor, sobre todo si pones a tu hijo como prioridad. Ambas cosas se pueden hacer de una forma apropiada y poniéndole mucho empeño.

Durante este tiempo, ¿hay algún momento que te haya marcado de forma especial?
Todo. Su proceso de crecimiento me ha parecido increíble: sus balbuceos, cómo empezaba a interactuar, cómo poco a poco va descubriendo su alrededor, cómo se sorprende con él…

Aunque seguro que tienes días de pereza absoluta en los que no saldrías de la cama.
Ahora es complicado porque con un niño tan pequeño es casi imposible —ríe—. Esos días de tumbarte y ver películas toda la tarde prácticamente han desaparecido. Pero cuando alguien viene y nos ayuda, mi mujer y yo nos pasamos el día viendo series y películas. Echamos de menos ir al cine porque con la llegada del pequeño dinosaurio ya no es tan fácil escaparnos.

¿Te consideras un adicto a las redes sociales?
No me tienen absorbido del todo. Creo que las redes se han convertido en una herramienta muy útil para ver noticias y estar al día de lo que ocurre en el mundo. Bien utilizadas se vuelven como tu propio periódico porque ves las páginas que te interesan. También son una gran herramienta para expresar opiniones y poder dar a conocer lo que estás haciendo.

¿En qué empleas tu tiempo libre?
Trato de estar con mi familia. Si es sábado o domingo vamos a comer a casa de mis suegros o vienen ellos y mis padres. Nos vamos turnando las casas o vamos a algún restaurante. A veces, mi mujer y yo llevamos a Daniel al parque y jugamos un rato con él. Como verás, cosas de lo más normales. También me gusta hacer crossfit por la noche porque me acaba de cansar, ya que cuando estoy trabajando todo el día me cuesta bajar las revoluciones y el deporte es una manera de relajarme.

Disponible también en: English